La caliza es una roca compuesta mayoritariamente por carbonato de calcio, también puede contener pequeñas cantidades de minerales como arcilla o cuarzo que modifican el color de la roca.
Podemos reconocerlas fácilmente gracias a dos características físicas y químicas fundamentales: es menos dura que el cobre y reacciona con efervescencia en presencia de ácidos.
Las calizas se forman en los mares cálidos y poco profundos de las regiones tropicales y son muy distinguibles por su aspecto blanco.
Encontramos diferentes esculturas y edificios de la antigüedad tallados en caliza que han llegado hasta la actualidad.
Hoy en día, la caliza es utilizada en la construcción de obras marítimas y portuarias como rompeolas, espigones, escolleras… Además, es un componente importante del cemento gris usado en las construcciones modernas.